Gracias a la era tecnológica en la que vivimos, encontrar información sobre miles de temas está al alcance de unos cuantos clics. Se calcula que Google Chrome es el navegador más utilizado por nada más y nada menos que 3.378.967.819 millones de personas, seguido de safari, Microsoft Edge, Firefox, Samsung internet y finalmente opera, esto se traduce a una cantidad enorme de personas que utilizan estas plataformas en búsqueda de conocimiento, pero a veces tal cantidad de información puede ser abrumadora, llevándolas a la infoxicación.
Para comenzar, entendamos que la infoxicación es el “exceso” o “sobre carga de información” lo cual impide que se pueda profundizar en un tema, esta situación puede generarte angustia, nerviosismo, malestar y desconcierto ante tanto contenido. Los especialistas advierten que esto puede paralizar a quien esté expuesto a esta cantidad de información, pues no se sabe por dónde empezar a organizar los datos.
El término lo popularizo el escritor estadounidense y futurista Alvin Toffler en su libro “Future Shock” en 1970. En el cual decía que…
“La sobrecarga de información ocurre cuando la cantidad de entrada a un sistema excede su capacidad de procesamiento. Los tomadores de decisiones tienen una capacidad de procesamiento cognitivo bastante limitada. En consecuencia, cuando se produce una sobrecarga de información, es probable que se produzca una reducción de la calidad de las decisiones”.
En la actualidad es muy probable que caigamos en esta “enfermedad”, ya que siempre estamos conectados y todos los medios digitales posibles como redes sociales, correo electrónico, páginas web, aplicaciones móviles, etc. Se encargan de bombardear datos en nuestras vidas todos los días, a demás de la facilidad con la que surge y se replica nueva información, la cual no siempre es veraz, por el contrario, existe en gran parte, fuentes falsas, conflictivas y contradictorias. Otra razón es que no existe un método simple para evaluar o comparar las diferentes fuentes de información. De igual manera, algunos factores personales influyen en la problemática de tropezar con la infoxicación, por ejemplo, la inseguridad a la hora de tomar una decisión, esto nos orilla a buscar ayuda u orientación que nos lleve a elegir la opción correcta, el miedo y las apariencias son otras de las razones, ya que tememos no ser lo suficientemente expertos en los temas actuales.
Algunas de las acciones que podemos tomar para no se una víctima más de la gigantesca red de contenido es, tener muy claro que es lo que queremos saber, establecer un horario para dedicarnos a la búsqueda y lectura de información, de la mano de este último punto, debemos de buscar fuentes fidedignas y confiables, para lo cual es importante utilizar herramientas de curación de contenidos, que es básicamente la forma en que se filtra y selecciona los datos e informaciones, de esta forma obtener solo lo que es importante y/o relevante.
En conclusión, podemos asegurar que las plataformas de consulta y la información de la cual podemos disponer seguirá creciendo con el avance tecnológico, no es algo malo, pues son herramientas valiosas, que responden nuestras dudas y gran parte de nuestras necesidades, es por lo cual debemos ser astutos, usar herramientas adecuadas y filtrar sin piedad debe ser una forma sistematizada de nuestro método de búsqueda, crear un criterio propio y saber que a veces actuar sin todos lo echo o información detrás, no es un pecado. Si al leer esto nos damos cuentas que estamos sumergidos en la infoxicación, recuerda que existe una solución: organización y hábitos.
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