El aumento de vendedores online e importación directa de China, ha inundado el mundo de electrónicos con productos de bajo costo y envíos de tan solo dos semanas creando una situación en donde las personas están más satisfechas con lo que ofrece el mercado y lo que conlleva el adquirir un producto a menor costo, tal como: materiales económicos, la disminución de funciones, variedad en características y en general menor durabilidad.
Lo que antes eran audífonos, juguetes, teclados, ratones o simples novedades se han vuelto productos cada vez más integrales en nuestro día a día; formando parte de nuestro entretenimiento y parte integral de cómo consumimos hoy en día.
LA NUEVA ERA DIGITAL
El “avance” de electrónicos a un bajo precio, surge con la idea de copiar procesos o productos de compañías y marcas de renombre, dando lugar a una competencia frente a compañías multinacionales abriendo paso a procesos con gente capacitada que eventualmente generaron marcas que hoy conocemos y de las cuales esperamos calidad, normalizando su aceptación como parte integral de nuestro día a día, pero no como una opción barata, sino como primera y única opción.
No hay que dejar de lado que la mayor razón por la que estas marcas se apropiaron de nuestros bolsillos e invadieron nuestras casas, es que fueron las únicas que permitieron a la población acceder en general al internet de las cosas y a una automatización mucho más accesible de la que antes se creían era un lujo casi inalcanzable.
LAS PROMESAS QUE SE ROMPIERON EN EL CAMINO
En un periodo marcado por la fascinación desmedida por los electrónicos, el mercado se vio invadido por una ola de marcas de origen cuestionable, difíciles de diferenciar entre sí; mientras que las firmas de renombre además de ofrecer un producto brindaban servicios postventa como garantía y atención al cliente, fueron transformadas en entidades cuyos nombres parecían una serie de letras aleatorias, destinadas a desaparecer sin dejar rastro a corto plazo.
Con anterioridad, estos productos fueron sinónimo de confianza y compromiso, representando una opción viable para cada uno de los consumidores. Sin embargo, en la actualidad, se han convertido en artículos de baja calidad y manufactura cuestionable.
En la búsqueda de productos en tiendas online, nos encontramos frente a un mar de opciones con características idénticas y variedad de precios, que nos ofrecen los distintos proveedores. Esta situación se ha tornado en una tarea donde la procedencia real, así como la verificación de certificaciones en los productos se ha vuelto casi imposibles de rastrear.
EL RIESGO DE PRODUCTOS A MENOR PRECIO
Las cámaras de seguridad, alguna vez consideradas un lujo por su función de transmisión remota y disponible a través de pagos mensuales, han pasado a ser un elemento esencial para muchos hoy en la actualidad. Gracias a su innovación tecnológica, estas características se han vuelto extremadamente comunes, incluso al punto de ser consideradas como una opción de compra indispensable.
Cabe mencionar que el resultado de políticas en productos a bajo costo y la necesidad de características, derivó en que los fabricantes se vieran forzados en conseguir partes antiguas como microcontroladores, módems para conexión de red o SOC (Sistema en un chip), de baja calidad y seguridad dudosa.
No tener lo último en tecnología no es el problema, sino el hecho de que conforme pasa el tiempo se encuentran vulnerabilidades en el hardware y software que hacen de una cámara usada para vigilar y supervisar una zona o propiedad, sea el eslabón más débil de tu sistema de seguridad creando una oportunidad para que una persona ajena pueda acceder a tu red y equipo de computación.
INTRUSIÓN DIGITAL SIN GENIALIDADES
Este no es de esos casos donde se necesite un extenso conocimiento y acceso al equipo en cuestión. Es un caso donde es posible encontrar listas de vulnerabilidades, junto con lista de las herramientas necesarias para explotar estas debilidades en la seguridad.
Lo que antes se consideraba una tarea exclusiva de profesionales, ahora puede realizarse en cuestión de horas, o incluso minutos en algunos casos. Esta hazaña se ha hecho posible gracias a la existencia de una página web que permitía visualizar en tiempo real el contenido de cámaras de CCTV de propiedad privada.
Es importante destacar que estas cámaras no estaban diseñadas para ser accedidas públicamente. Sin embargo, debido a la falta de medidas de seguridad adecuadas, era posible vulnerarlas sin necesidad de realizar un hackeo complejo. Basta con conocer o adivinar la dirección IP de la cámara para poder ver su transmisión en vivo.
EL PRECIO DE LA COMODIDAD
La falsa comodidad de conectar dispositivos para realizar una transmisión en vivo de nuestros equipos de CCTV, sin las medidas de seguridad adecuadas, puede acarrear riesgos importantes que no debemos subestimar. Algunas cámaras mantienen puertos abiertos, que las convierte en puntos vulnerables exponiendo las redes en donde se instalan, permitiendo que cualquier extraño que tenga acceso a internet pueda observar las imágenes captadas por la cámara. Sin embargo, el problema no se detiene ahí, ya que es posible que la seguridad de otros dispositivos conectados a la red, como focos inteligentes, TV’s, o en el peor de los casos computadoras puedan verse comprometidas.
Por lo tanto, es fundamental ser cuidadosos y tomar precauciones al conectar dispositivos a internet, especialmente aquellos que transmiten datos en vivo. Debemos asegurarnos de que las cámaras CCTV y otros dispositivos similares cuenten con las medidas de seguridad adecuadas para proteger nuestra privacidad y la integridad de nuestra red.
5 TIPS QUE TE PUEDEN AYUDAR EN LA
SEGURIDAD DE TU CCTV
Compra marcas reconocidas, que están en constante escrutinio por la comunidad de usuarios y expertos.
Instala cámaras IP, ya que estas son conectadas por cable a una red interna y privada, haciéndolas más seguras.
Contrata a un instalador experto para una configuración con mayor seguridad.
Actualiza constantemente el software de tu CCTV.
Cambia la contraseña de fábrica.
CONCLUSIONES
La falta de transparencia, y el deficiente soporte de software por parte de fabricantes poco confiables, representan un riesgo que no podemos ignorar en nuestra era de creciente dependencia tecnológica. Este riesgo no solo puede dañar nuestros dispositivos electrónicos, sino que también puede acarrear serias consecuencias financieras, como la clonación de tarjetas o el robo de identidad.
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